martes, 29 de septiembre de 2015

¿Despedidas?

A veces es justo y necesario ver a lo largo de la noche, aquello que a veces se ilumina, como esos incendios con los cuales no se puede hacer nada. Tienen que dejarse quemar, porque es la naturaleza misma de los incendios, quemar, que surgen por gente que tiene que ver quemar algo. Tiene que ver que se destruya algo.

Parte de esa ironía es que siempre hay algún tipo de representación de lo destructivo, a lo que hay que ver de lejos, estando atentos, alertas, porque a veces hasta con una sonrisa hay que decirles adiós.

Debe quedar lo saludable, solamente aquello que de veras nutre lo que denominamos corazón y mente, quizás también espíritu, aunque esencia suena también muy bien. No merece caridad alguna todo lo destructivo, pero sí merece todo amor lo genuinamente saludable, porque no es solo de amor, es de agradecerle a la vida por eso inexplicable que nos nutre nuestra paz, libertad y armonía interna.

Así que en lo que la amistad real y genuina se logra nutrir saludablemente, al menos tomemos un café, porque quienes quedan en el corazón es porque han estado hasta en los momentos más oscuros, haciéndonos compañía mutua, en total solidaridad.

Esa es mi riqueza, mis amistades y seres queridos que con cada una de mis imperfecciones me son, de corazón, solidarios.

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