jueves, 27 de agosto de 2015

De poder...



La foto de arriba la tomé en Cajolá, Quetzaltenango, algunos años atrás, en colaboración con la periodista Lomi Kriel. La foto, en cierta forma, me recordó algo de lo que nos olvidamos de nuestro país, sobre quiénes somos y algo de todo lo que nos ha pasado a lo largo de la historia con tanto patriarcado, que en un aspecto fundamental, ha violentado en tantas formas a la humanidad, no digamos a nuestro país.

Hoy en día, con estas manifestaciones, aún vemos que personas con poder se niegan a facilitarnos la vida, negándose a ser sometidos a nuestro sistema de justicia. Vaya, brota la arrogancia y la imposición... No dejan de violentarnos porque les hemos cedido poder, se los dimos tanto que se lo apropian para sus propios fines. No sé si tengan ciertos comportamientos psicóticos o sociopáticos, con dosis narcisistas, entre otros, pero no es fácil detectar a esas personas. Tampoco estoy de acuerdo con siempre ceder tanto poder, sea a quien sea, porque nos arriesgamos a tanta violencia. No hay fórmulas mágicas, empero, prefiero arriesgarme a continuar nutriendo la amistad con las personas genuinamente saludables y constructivas, que aunque en este momento en mi vida son pocas, sé que hay aún más. Estemos más alertas, con más cuidado, aprendiendo a detectar todo lo que nos pueda implicar violencia, hasta en las formas más sutiles y taimadas.