miércoles, 23 de septiembre de 2015

De algunas similitudes...

Don Vito, así como se le mira en la foto, aparte de ser un gato grande, es sumamente cariñoso, algo torpe y casi no emite sonidos. Le fascina ser acariciado, y si no, con algún sonido muy lejano a lo que es un maullido, trata de indicar de que simplemente quiere sentirse querido, y querer.

Don Jumah, siempre está atento a quienes quiere, siempre es tierno, cuidadoso, fiel y leal a quién es él. Él es noble. Además, es protector nato, no digamos un gran sobreviviente de tantos sustos de vida y de muerte. Cualquiera que lo mire hoy en día, no se imagina lo cerca que la muerte estuvo de él.

Alguna vez le dije a alguien, si tengo algo de similar con personajes no humanos, es con estos dos, porque algo que también tienen en común, además de lo anterior, es que simplemente se entregan por completo. Su corazón no discierne, aunque hoy en día, el mío sí ha aprendido mucho más, a filtrar, a que escuche a la mente, también a esa intuición que no falla, o bien a ese subconsciente que a veces está más alerta que yo mismo. Siempre se aprende, de una u otra forma. Realmente me cuesta pensar si algún día llegaré a conocer a una dama que sea tal, en todo aspecto de su persona, que implique y emane esa plenitud, también en un son de humildad humana, que hasta nos haga bailar. Porque, justamente, aunque hay damas así, no sé si nos merecemos algún privilegio de duda de corazón en compartirnos la vida, también el amor, también el amarnos, también ser amigos plenos.

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