sábado, 2 de diciembre de 2017

De una desapercibida despedida...


A su música me la presentó una genial y muy querida amiga, creo que por allá por el 2012. No estoy seguro. Una de las frases de ella, sobre lo genial de su música, creo que fue algo así: Él nació con guitarra en mano. Ella escuchó su música desde que algún medio le puso algo de atención. Finalmente, lo conoció en persona en un concierto de un año nuevo, parece que para darle la bienvenida al 2016. Me contó que él era muy tranquilo, bastante tímido y también muy compañero escénico, que rara vez se ponía en primer plano.

Eventualmente, en estos nuevos rumbos me vi en la encrucijada de ir o no a su concierto de despedida. No fue como cualquier otra encrucijada anterior. La realidad es que cada encrucijada ha tenido su propia naturaleza. En esta, los debates eran entre llevar o no mi cámara, pero más que eso, si ir o no ir, por si llegaban divas, porque no quiero tenerle paciencia a divas, ni "divas", ni relacionados, por si acaso. Pero, no iría a escuchar historias, iría a escuchar música y a tomar fotos. Fui.


Tenía años que no hacía fotografía de conciertos, por lo que estuve estudiando el lugar, posibles ángulos, si me dejarían subirme a alguna mesa, o varias mesas, a la barra, o las barras, y por supuesto dónde iba a colocar la cerveza, porque hasta en eso hay que pensar, así como estudiando la iluminación propia del lugar, posible movimiento de gente, salidas de emergencia, y algo muy importante, baños, porque cuando la naturaleza llama, hay que obedecerla. Una vez teniendo algo de claridad, era nomás de esperar. En lo que esperaba, conocí a unos patojos chispudos, amables, cordiales, y con ganas de rock. Otra sorpresa fue que me encontré a una genial arqueóloga, que es la Directora de uno de los Museos del país, que también parece pasar desapercibido. Todo esto fue en Rock'ol Vuh.

El personal de Rock'ol Vuh me atendió muy bien, todos muy educados y cordiales, me ofrecieron hasta subirme al escenario si quería estar allí para tomar fotos. Nunca me subí al escenario, porque me dio pena.

Los músicos iban llegando, fueron varios. era una despedida, porque este patojo, el que ya se fue, resulta que decidió irse a los EE.UU., porque bien parece que Guatemala sigue haciendo de las suyas con esto, como lo dijo un amigo muy querido, en ser un lugar "que pule piedras y pudre diamantes." Sí, ciertamente Guatemala sigue siendo el país del "eterno statu quo", aunque también de la eterna primavera de las injusticias... Hubo un momento en el que me acerqué a él porque quería saber si realmente coincidía con lo que me había compartido mi amiga. Le comenté, por lo tanto, que me lo había recomendado una muy querida amiga, que se llama Esperanza. Inmediatamente me dijo, sí, es mexicana. Me sorprendió que la recordara, a ella también le agradó que la recordara.

Un rato después de haber empezado el concierto, que para esto yo ya estaba en shock de la calidad musical, del talento y de la genialidad, me seguía debatiendo con los ángulos de las fotos, momentos, situaciones, iluminación, etc., hasta que llegó un pequeño receso. Hablé nuevamente, con el festejado, le comenté muy levemente lo de algunas cosillas de la iluminación y me dijo que por supuesto que iba a orientar a sus compañeros. El concierto siguió, pero se le fue la onda. ¿Cómo no se le iba a ir la onda? Toda la onda era lo que tocaban. La calidad me seguía teniendo en shock. Pero al recordar lo humilde que es el chavo, el shock se multiplicaba.


He visto alguno que otro concierto. He tenido la suerte de ver a algunos músicos famosos de cerca. A uno lo he logrado fotografiar ya en dos ocasiones, la primera fue cuando yo ni idea tenía de técnicas de encuadre, pese a que sabía que la fotografía era mi pasión. La otra, fue en otro momento totalmente inesperado. En fin, regresando al festejado, no tiene nada que envidiarle al talento de Carlos Santana, Joe Satriani, Steve Vai, Alex Lifeson, y puedo seguir, pero no es el punto. El punto es que el festejado pasó desapercibido en este país, incluso en su despedida.

Hedras Ramos, teniendo el talento para tener una actitud "super rock star", "super diva", "dios", etc., no la tiene.  En fin, el patojo es uno de tantísimos seres humanos que se conjuga en la antítesis de cualquier grado de narcisismo. Él no tiene nada que envidiarle a los "dioses", porque como dice una muy querida amiga, "en este país hay demasiado narcisismo", solo que este patojo no tiene nada de eso, es un ser humano con un talento de dioses, reflejado y proyectado hasta en la calidad de compañerismo afuera y dentro del escenario.




Al final, no tengo la más mínima idea si siquiera alguna de mis fotos le hace justicia a lo convivido, algo nomás del eterno auto-cuestionamiento a cada foto que hago, porque aparte de todo, Hedras se disculpó conmigo por habérsele olvidado ir agrupando a sus amigos hacia los mejores puntos de iluminación. ¿Qué jodidos le podía decir yo? Creo que le dije algo así como, ni te hagas bolas, ustedes estaban en su rollo, no se puede todo, era un compartir.

Los pocos que estábamos allí, absorbimos lo que se nos compartió, talento musical y humano en sus máximas expresiones. Ojalá el país en el que ahora está le haga justicia en todo aspecto.

4 comentarios:

  1. Qué lindo homenaje a Hedras y qué buena foto la última. Gracias por compartir tu inolvidable vivencia. Salud siempre.
    Tu amiga, Esperanza.

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    1. Muchas gracias, querida Esperanza. Sí, totalmente inolvidable y vaya suerte y dicha que fui, así que, nuevamente, muchas gracias por recomendarme su música. Tu amigo...

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Comentarios: